Obra inspirada en los sacrificios humanos con carácter ritual que realizaron los Aztecas (Mexicas) 1325 a 1521 d. C.
Los sacerdotes acostaban a la víctima en una piedra abombada, se les abría el pecho con un cuchillo de sílex u obsidiana llamado “Técpatl” y se le sacaba el corazón ofreciéndolo a los dioses. Especialmente al dios del sol “Tonatiuh”.
El corazón una vez extraído de la víctima, era depositado en un altar de piedra polícromo denominado “cuauhxicalli” y simbólicamente la divinidad descendía para beber la sangre.
De esta forma se reproducían los sacrificios realizados por los dioses mitológicos, generándose una relación de reciprocidad entre el hombre y los dioses, favoreciendo así buenas cosechas, salud, prosperidad o victorias en la guerra entre otros.
El corazón ha sido fundido en bronce partiendo de un modelo para estudios medicinales.